Escribe Héctor González, periodista y presidente de la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos (APPV)

Periodismo, transparencia y exigencias recíprocas

La exigencia de transparencia y la promesa de aplicarla que encarriló a algunos partidos hacia gobiernos locales o autonómicos ha propiciado que proliferen los portales digitales repletos de datos de las diferentes instituciones.


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La exigencia de transparencia y la promesa de aplicarla que encarriló a algunos partidos hacia gobiernos locales o autonómicos ha propiciado que proliferen los portales digitales repletos de datos de las diferentes instituciones. En demasiadas ocasiones se trata de informaciones estáticas, limitadas a cubrir unos determinados parámetros y que no suministran ni de lejos todos los detalles de lo que ocurre en ese organismo. En algunas, se han tomado más en serio sus gestores la oferta de transparencia. Tanto unas como otras sirven de fuentes para los periodistas.


Los redactores beben en estas bases de datos fiables o, como mínimo, oficiales. Lo hacen para seguir las actuaciones de esa institución o para conocer sueldos y currículum vitae de sus responsables políticos o de asesores incorporados por ellos. Los referentes a funcionarios o empleados públicos en general, al estar distribuidos por escalas laborales y salariales, resulta más fácil encontrarlos. No existen, en cualquier caso, unas variables homogéneas sobre la información accesible, ni a nivel autonómico ni mucho menos provincial (diputaciones), comarcal (mancomunidades) o local. Depende en qué página digital escarbe el periodista hallará más o menos datos y referidos a unos asuntos u otros.


Periodismo Sueldos Públicos


Esa reclamación de mayor transparencia, de más facilidad para acceder a sus principales referencias, la trasladan numerosas empresas a sus portales. Lo hacen depositando cifras de su facturación, de su compromiso social (una tendencia al alza), de su número de empleados, y, habitualmente, de su historia y origen. Y, con mayor incidencia, claves para que el potencial cliente pueda contactar. No obstante, si respecto a las instituciones públicas comentábamos que existen diferencias notables, en lo que atañe a sociedades privadas ya resultan abismales. Muchas, todavía demasiadas, no tienen claro qué poner y mantienen sus páginas en construcción durante meses a la espera de decidirse.


El gabinete de comunicación ayuda a aportar claridad. Constituye un intermediario entre el periodista de medio y la entidad pública o privada. Puede trasladar esa información que no aparece en los portales y que la radio, el periódico, el canal de televisión o el medio digital correspondiente considere de interés. Su labor multiplica los cauces de transparencia, ya que también suele ocuparse de redes sociales, de blogs y, en general, de diferentes herramientas que enlazan con los medios y, por ende, con los consumidores, usuarios o ciudadanos.


El periodista dispone en la actualidad de fuentes oficiales menos opacas, aunque todavía queda mucho por avanzar en ese aspecto. Y, en el sentido inverso, existe igualmente una mayor exigencia de transparencia hacia el medio.


¿De qué modo? En la época en que los bulos y la eufemísticamente calificada como 'posverdad' -mentira en toda regla- se multiplican, la labor de los periodistas se halla continuamente cuestionada por personajes públicos, gobernantes, determinadas entidades sociales o incluso por perfiles críticos o tóxicos (trolls) en redes sociales. Del mismo modo, el redactor transita por diferentes campos metafóricamente minados, en los que tiene que lidiar con personajes que buscan el protagonismo o el desprestigio ajeno a costa de sembrar historias inventadas.


Héctor González Sueldos Públicos


En este escenario el contraste de las fuentes resulta más esencial que años atrás, tanto como demostrar que se ha realizado. La aparición de distintos actores en cada reportaje, identificados cada uno como portavoces autorizados del partido, la empresa o la sociedad a la que representan, junto a una breve descripción de esa entidad, ayuda a disipar dudas y críticas. Igualmente, la revelación de todas esas fuentes informativas que resulte posible citar por su nombre y cargo.


Siempre preservando el derecho a la no revelación de fuentes que tiene el periodista y recordando el axioma tan certero de Carlos Soria, experto en derecho a la información, de “fuente revelada, fuente cegada”. No obstante, dentro de esa exigencia de transparencia de unos para con otros y viceversa, cuando más datos aporte un texto, una pieza televisiva o un reportaje periodístico, más saciará la sed de transparencia.


En este mismo sentido ayudan el acceso del periodista a reuniones, asambleas, encuentros y todo tipo de actos organizados por instituciones públicas y privadas que le permitan llegar más directamente a sus fuentes, de manera que pueda nutrirse de ellas y ofrecer una información de mayor calidad a su público potencial, a quien consume ese medio de comunicación. Proporcionar esas facilidades contribuye a forjar la propia imagen corporativa de la entidad y a demostrar su compromiso social.


Los periodistas exigimos y reclamamos mayor transparencia para poder ofrecer una información más contrastada, completa y concreta al ciudadano. Y, a la vez, el desarrollo de esa transparencia en el propio gremio periodístico supone un reto creciente para la profesión, para los medios y para las entidades que agrupan a periodistas. Trabajando conjuntamente en esa línea se incentiva la credibilidad del propio periodismo. Impidiendo que asociaciones que defienden intereses profesionales puedan participar y formar parte de federaciones nacionales, se cae en el efecto contrario. El de la nebulosa, la opacidad.


Por Héctor González, periodista y presidente de la Asociación Profesional de Periodistas Valencianos (APPV).


Imagen: Google Sites.