Actualmente, el país cuenta con 3.014.900

España ha perdido más de medio millón de autonómos desde el comienzo de la crisis

El peor momento para los autónomos fue el paso del año 2008 al 2009, coincidiendo con la fase más dramática para la economía y con las principales quiebras en el sistema financiero internacional.

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Un total de 559.000 autónomos han cerrado su negocio desde el comienzo de la crisis, según afirma la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) en nota de prensa.

En el primer trimestre de 2008 el número de trabajadores autónomos recogidos en la Encuesta de Población Activa (EPA) ascendía a 3.574.700, mientras que en los tres primeros meses del ejercicio actual esta cifra era de 3.014.900. Precisamente, fue ese el peor momento para los autónomos, coincidiendo con la fase más dramática para la economía y con las principales quiebras en el sistema financiero internacional. En poco más de tres meses se perdieron casi 300.000 autónomos, mientras en el resto de los trimestres la caída ha sido permanente, pero mucho más moderada.

La organización de autónomos señala que la destrucción de empleo por cuenta propia "ha sido constante en todos los trimestres de los últimos cuatro años y sólo se ha conocido un cambio de tendencia en el primer trimestre de 2012", cuando esta cifra aumentó en 46.000 emprendedores.

Por otro lado, el 84,24% de los autónomos cotizaban por la base mínima al cierre del primer trimestre, mientras que solo el 15,76% superaban la base mínima.

De entre estos últimos, los que cotizan por más de tres veces la base mínima se ha incrementado un 10,4% entre el cuarto trimestre de 2010 y el primer trimestre de 2012, hasta los 18.463 trabajadores.

La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) destaca que aunque los datos aún están lejos de alcanzar el ideal por no ajustarse a los ingresos reales de los autónomos, el hecho de que haya más trabajadores por cuenta propia cotizando por una base superior a la mínima es una buena noticia. Y recomienda a los autónomos que ajusten sus cotizaciones a sus ingresos reales para evitar que sigan siendo "jubilados de segunda", al tiempo que les ha recordado que, cotizando más a la Seguridad Social, pueden aumentar sus protecciones sociales en caso de accidente, incapacidad o cese de actividad.