El ‘renting’ y el ‘leasing’

Los sueldos que cuesta comprar un coche

La adquisición de un vehículo puede ser una operación delicada. De hecho, para los españoles es la segunda transacción más importante después de la compra o alquiler de una vivienda.


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La adquisición de un vehículo puede ser una operación delicada. De hecho, para los españoles es la segunda transacción más importante después de la compra o alquiler de una vivienda. En este sentido, hemos leído muchas veces cuantos años tarda un ciudadano en pagar totalmente su casa, pero ¿has caído en la cuenta de las nóminas que necesitas para pagar el coche? Lo mejor es recopilar toda la información que sea posible para no cometer ningún error ya que se trata de grandes sumas de dinero. Pero, ¿existe algún método que permita que este proceso sea más flexible y no implique tanto riesgo? Afortunadamente si, el leasing y el renting.


El leasing, también conocido como arrendamiento financiero, se trata de una operación de financiación a largo plazo que se lleva cabo a través de unas cuotas periódicas y que ofrece la opción de compra al final. Existen tres opciones entre las que escoger cuando se termina el contrato de alquiler. La primera consiste en comprar el coche pagando su valor residual, entendiendo éste como la diferencia entre el precio de compra (con gastos e intereses) y la cantidad que ya se ha pagado durante su alquiler. La segunda opción es extender el contrato de alquiler, normalmente con cuotas más reducidas. Y por último, se puede optar directamente por devolverlo, pero no es lo habitual ya que en el fondo es un contrato destinado a la compra.


Por otra parte, el renting consiste en lo mismo pero sin opción de compra y la cuota que hay que pagar dependerá de los servicios que se contraten. Se puede resumir como un conglomerado de servicios integrados en una cuota pagada periódicamente.


Como es predecible, cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La inclinación hacia uno u otro dependerá también de si se trata de un particular, un autónomo o una empresa. A continuación mostramos los detalles de cada uno.


Una de las principales ventajas del leasing es que te permite financiar el 100% del valor del coche y adquirirlo después por su valor residual, como ya se ha expuesto anteriormente, por lo que no inmoviliza el capital y además te permite conocer el bien antes de comprarlo. Las cuotas de amortización pueden tomarse como gasto tributario. De este modo, pueden conseguirse importantes ventajas fiscales, eso sí, han de cumplirse condiciones como que el coche sea utilizado para el trabajo (que sea un bien afecto a la actividad) y que el contrato tenga un duración mínima de dos años. Evidentemente, se ganará rapidez y flexibilidad en cuanto a renovación tecnológica evitando la obsolescencia.


La gran desventaja del leasing frente al renting es que no incluye los servicios adicionales, por lo que en el momento de adquirir un coche con este plan habrá que prever los costes adicionales que pueden surgir durante el contrato. Otro inconveniente es que, a la larga ,el coste financiero puede resultar más elevado que con otros métodos de financiación. Por lo tanto, hay que informarse bien. Tampoco hay que olvidarse de que el contrato durante el tiempo estipulado es irrevocable, por lo que has de asumir los gastos y el pago de las cuotas sin excepción.


El renting tiene una ventaja muy importante y es que el contrato incluye el seguro, el mantenimiento, las reparaciones y la ITV, por lo que el arrendatario se olvida de los aspectos de control administrativo y facilita el control de los pagos. Por otra parte, si se trata de una empresa, este bien no figurará ni en el activo ni en el pasivo del balance contable, por lo que no afectará a los ratios. Al final del contrato se puede pedir una prorrogación y continuar usando ese coche u otro que nos guste más y si no nos interesa alargarlo, simplemente habrá que notificarlo y el contrato se dará por concluido. Otra cosa que permite el renting es modificar el contrato aunque esté en vigor, con una pequeña penalización pero se puede llevar a cabo, al contrario que con el leasing.


En cuanto a los inconvenientes, si se sobrepasa el número de kilómetros contratados habrá un coste adicional, sólo se podrán usar los talleres que te indique la compañía y ha de saberse que al comienzo del contrato hay que dejar una fianza equivalente a dos cuotas.


Como puede observarse, son contratos que pueden facilitar mucho las cosas. Se trata de elegir el que más se adapte a tus necesidades, teniendo en cuenta si eres un autónomo, un particular o si lo quieres para tu empresa. No hay que olvidar que en caso de que algún mes las cuentas fallen o aparezcan gastos inesperados, de reparación en el caso del leasing por ejemplo, siempre se puede acudir a Cashper.es con sus créditos online, que te ayudarán a pasar el bache sin papeleos ni esperas.


Sopesando los resultados, las ventajas superan a las desventajas por lo que podemos concluir que se trata de dos alternativas viables que hay que tener en cuenta si no se dispone de grandes cantidades de capital pero se necesita aumentar la capacidad operativa.